CAMINA PERO

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NUNCA DEJES DE CAMINAR.

sábado, 15 de noviembre de 2014

¿QUÉ NO ES PODEMOS?

"Cuando yo tenía cinco años, mi madre siempre me decía que la felicidad es la clave para la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser cuando fuera grande, escribí feliz. Me dijeron que yo no entendía la pregunta. Les dije que no entendían la vida" John Lennon.


Hace pocas semanas me encontré por casualidad con esta frase de la que aún sigo prendado. Retrocede uno a su infancia y la extrapola a la de todos y se pregunta con qué descaro moral los adultos del momento intentan condicionar la vida de los niños, y sus frustraciones, a raíz de una pregunta tonta pero de difícil solución a tan temprana edad.


Salvo elogiables excepciones no conozco a nadie que a los ocho, doce, quince, e incluso con más edad, que sepan lo que van a querer ser, laboralmente, en la vida.


Uno empieza a saber lo que NO quiere ser y a partir de ahí es el mundo, con sus rotaciones y vaivenes, quién te va situando en distintos lugares hasta posicionarte en uno, del cual puedes cambiar, con más rotaciones y vaivenes, y otra posición, otro cambio, en perfecto bucle. Pero lo principal es lo que no queremos hacer.




Y, pese a eso, el único objetivo en la vida es la felicidad.


Pues creo que con PODEMOS pasa lo mismo. No se sabe definir qué y cómo es exactamente. Sin embargo sabemos lo que NO es.


No es un partido que responda a los intereses especulativos del mercado.
No es un partido que decida sus cuestiones a espaldas de los ciudadanos reunidos en salones de oropel y lujo.
No es de izquierdas.
No es de derechas.
No es neoliberal.
No es socialdemócrata.
No es religioso.
No es monárquico.
Y, definitivamente, NO quiere estar sometido a los imperativos dictados por el 1%, prefiere situarse con y en el 99%.


Según el clásico estudio de Seymour Martin Lipset y Stein Rokkan (1967) definió cuatro clevages o fracturas básicas para la civilización occidental después de la Revolución Industrial. Según Lipset y Rokkan, estas divisiones determinan la aparición y el contenido de todos los partidos europeos (centro-periferia; Iglesia-Estado; Empresarios-Trabajadores; Tierra-Industria).


Pero esa división deja de tener sentido en nuestros días. Esas divisiones quedan difuminadas por una mayor que engloba y se apropia de esas cuatro. El 99% vs el 1%.


De ahí que PODEMOS opté, de un modo inteligente, por la transversalidad, para no circunscribirse a un único electorado y/o grupo social.


No sé donde está la felicidad pero sé que corrientes-partidos-ideologías nos hacen infelices.


¿Y tú, en qué porcentaje te sitúas?.



domingo, 2 de noviembre de 2014

VOCACIÓN DE SERVICIO PÚBLICO



Leyendo la noticia sobre los médicos que tratan el ébola, asaltan varias dudas y asoman diversas certezas.


Estos médicos son trabajadores públicos, no funcionarios. Tienen los mismos miedos frente al paro, el rechazo y la inseguridad laboral que muchos trabajadores del país. Y, obviando esos hechos, realizan su trabajo sin menoscabo de la profesionalidad.


La eventualidad no es menoscabo de servicio público.


Frente a eso tenemos a representantes públicos, en su forma de alcaldes, concejales, diputados, senadores, representantes de asambleas autonómicas, dirigentes de partidos políticos, sindicatos, patronal (cuyos salarios proceden en parte de nuestros impuestos) que hacen caso omiso al servicio público y se dedican a la consecución de su interés individual, cuando su dedicación y trabajo tendría que ir encaminado a la consecución del bien común. Porque son, como ya he dicho, representantes públicos, de todo el público, de toda la ciudadanía, no sólo de quienes les han votado-elegido-o de quienes dicen representar.


Además, como una frase que está atribuida a los padres de la Constitución Americana de 1776, "No se puede legitimar la tiranía de la minoría sobre la mayoría, ni la tiranía de la mayoría sobre la minoría". Es decir, maximizar el bienestar de la mayoría, reduciendo a la mínima expresión los perjuicios causados a la minoría.


Representantes de la ciudadanía siempre tienen que existir. Es el método de extracción y/o de elección el que condicionará que éstos representen nuestros intereses o el de sus organizaciones.


Además, los ciudadanos elegimos a esos representantes y los problemas  de la sociedad que tienen que resolver. El modo de organizar la sociedad y resolver los problemas no puede venir de arriba, desde las élites, a abajo, a la ciudadanía. Desde distintos métodos (asambleas de diverso tipo, reuniones profesionales, aplicaciones informáticas, peticiones populares,etc) podemos hacer saber los asuntos a los representantes.


Y pensar que cualquiera, y no en un sentido peyorativo, puede ser político. Hacemos más política de la que creemos.


"Si no haces política, otros la harán por ti".


Si la mentalidad es la de servir a la ciudadanía, como un ciudadano más, con tus actitudes, aptitudes y en tu profesión, cualquiera que fuese, hay menos riesgo de caer en la podredumbre moral de robar a tus ciudadanos.


"La utopía no es aquello que es irrealizable, sino aquello que está por realizar".


El error es de base, de considerar que uno se debe a su partido u organización, y no defiende más intereses que esos. Si a ello se le añade la obsesión por valores como el dinero, la codicia, el poder...¿qué tenemos?.


No sólo a políticos corruptos detenidos sino a las organizaciones que dicen representar podridas y carcomidas.


Y a unos ciudadanos cansados. Pero hay que orientar ese cansancio hacía salidas positivas y constructivas. El fantasma del fascismo está rondando las esquinas roídas de la democracia. Si no, preguntar en Grecia con Amanecer Dorado. O mirar las páginas de la historia.


Ah, y por si no os habíais dado cuenta todo ello es destapado por jueces, policías, agencia tributaria, etc etc, funcionarios y trabajadores públicos.


Es claro que si hay vocación de servicio público hay menos probabilidades de corrupción. Si en la escala de valores primamos conseguir el bien común y prescindir del dinero y el poder, algo llevaremos ganado.


Los funcionarios, salvo deshonrosas excepciones, ya no son ese colectivo de "vuelva usted mañana" o de los que esconden el periódico debajo de sus informes, que tenían el mismo tamaño que el ABC, como decía Paco Umbral. Eso sucedía en el franquismo, donde la vocación de servir al público no existía, sólo a los afines al régimen.


Pensarlo bien cuando habléis mal de un funcionario o de un trabajador público. Son nuestros trabajadores pero no se dedican en exclusiva a nosotros. Depende de nuestros impuestos pero el hecho de pagarlos no les convierte en esclavos. Incluso algún "ciudadano" que se pitorrea de las administraciones eluyendo cotizaciones o tributaciones paga impuestos, salvo que sea un anacoreta, porque todos los actos de la vida consumista están grabadas con impuestos. EL mero acto de ir a una taberna a tomar vinos o cervezas y decir estupideces como si estuvieran salvando el país le convierte en sujeto impositivo. Contradicciones de la vida.


"Cualquier acción personal y/o colectiva enmarcada en un contexto social tiene que ir encaminada a la mejor consecución del BIEN COMÚN.