CAMINA PERO

CAMINA PERO
NUNCA DEJES DE CAMINAR.

martes, 11 de marzo de 2014

11-M

Para aquellos que con su conspiranoia intentaron el golpe maestro pero obtuvieron la respuesta de la verdad, las palabras de la realidad.

Para  los descerebrados sin fin que se lo creyeron durante tanto tiempo.

Para los malnacidos que, en nombre de las víctimas, se aprovecharon para vender periódicos, tener más audiencia, o, quién sabe, si no querían obtener la paranoia que denunciaban.

Para que una mentira no se prolongue durante diez años. Para que nuestra cultura política como ciudadanos no nos convierta en peleles.

Para los que con esa rabia mal encauzada provocaron más dolor a las víctimas, incluso provocando alguna muerte colateral de los héroes de aquél día.

Para todos aquellos vuestra mediocridad no se puede camuflar en la libertad de expresión sino en el más absoluto olvido y desprecio.

Para que no olvidemos.

jueves, 6 de marzo de 2014

PANERO

Por azares de la vida opositora acabé viviendo en Las Palmas compensado por un exiguo plus de desarraigo y las bondades climatológicas de Gran Canaria.

No me esperaba mucho de mi estancia, ni esperaba vivir gran tiempo allí aunque cuatro años de mi vida se quedaron con una hora menos.

A los pocos meses de llegar  me encontré con una escena curiosa. Un domingo cualquiera fui a pasear por el barrio de Triana y me encontré con un hombre, una mochila y una mirada vacía en un banco. Por desgracia, nada destacable, un indigente más. Pero miré hacia atrás y me volví a fijar en esa mirada vacía y huidiza. No paraba de fumar sosteniendo en la boca el cigarro a duras penas. Si. Era Leopoldo María Panero. Panero.

Mi pudor intelectual me alejó a escasos metros de allí. Pero lo mejor estaba por venir. Otro transeunte como yo reconoció a Panero. Le contempló y se acercó a él. Intercambio breves palabras y mantuvo su paso. Ese transeunte era el actor José Sacristán. Un momento mágico lleno de lirismo cotidiano.

Ese mismo día supe que Panero estaba internado en el psiquiátrico de Las Palmas. Y meses después asistí a un recital en el que participaba Panero. Colaboró a cambio de un millón de coca-colas para acompañar a sus infinitos cigarrillos manteniendo el equilibrio en su boca.

Durante esos cuatro años me cruzaba con ese hombre sentado en un banco, pasando inadvertido entre la multitud, con su mirada huidiza, los párpados vacíos y el cigarrillo manteniendo el equilibrio que su mente no pudo sostener.

Grande Panero!!!

EL HOMBRE QUE MATÓ A LEOPOLDO MARÍA PANERO (THE MAN WHO SHOT LEOPOLDO MARIA PANERO)

Mi querido amigo Javier Barquín siempre creerá que fue él quien mató a Leopoldo María Panero. Pero eso no es cierto. Nadie tenía entonces valor para hacerlo. El sujeto tenía aterrorizada a toda la ciudad. Había raptado a varias mujeres y amenazaba con torturarlas. Así que esa tarde me decidí, fui a la armería de Jim y compré un revólver calibre 45. En el momento en que Leopoldo María Panero estaba intentando extorsionar una vez más a Javier Barquín, yo disparé desde lejos. Como Javier había sacado también una pequeña pistola, supuso haber sido él quien hiciera justicia. Toda su vida creerá que fue él quien mató a Leopoldo María Panero. Pero no fue así. Yo soy el hombre que mató a Leopoldo María Panero

Tres historias de la vida real. 1981.

http://www.youtube.com/watch?v=cfl8OyjIUiQ