CAMINA PERO

CAMINA PERO
NUNCA DEJES DE CAMINAR.

sábado, 8 de agosto de 2015

Verano

Se despertó con la bruma de la resaca en la boca. Masculló algo ininteligible y se esforzó incorporándose en el filo de la cama que tenía más cerca.
Se levantó, izó la persiana y observó el deslumbrante mar de color turquesa y arena blanquecina.
Ante esa imagen sólo pudo sonreír mientras se acariciaba el mentón y bostezaba.
Bajó la persiana y se dirigió al baño. Se aseó levemente y cayó nuevamente en la cama.
Al despertar fue consciente del paso de muchas horas y de una sensación de ahogo insoportable.
Levantó de nuevo la persiana, esta vez más lentamente y comprobó el ruidoso tráfico y los sucesivos toques de claxón.
Se le había olvidado que la oposición que preparaba estaba en la ciudad esperando como cada mañana.

jueves, 19 de marzo de 2015

Manual de un padre novato. Miedos e inseguridades. Primeras semanas.


Unos días antes de que salga el niño mi miedo irracional e incontrolable era que al tocar la tripa de su madre no lo sintiera. Tengo que contar las patadas que da, y si no patea en cinco minutos me entra un sudor frío y escalofríos. Proveo entonces de azúcar o intento estimular que pateé la tripa con ganas. Hasta que ¡PUM! Alivio al fin.



Todo este miedo está provocado por que alguien te dice que ha oído, que ha escuchado, que a la prima de su cuñada le pasó que no notaba al niño y se lo encontraron fallecido. Ese miedo que es irracional se vuelve racional y cuenta encima con cierto criterio médico. No busqué en google para que el miedo no me paralizara.



Una vez que nace, y aceptada la responsabilidad tan firmemente dictada por la matrona, mi otro miedo, un miedo primigenio y que arrastro desde mi más tierna infancia, y que me ha impedido coger a mis sobrinas o hijos de amigos recién nacidos, es eso, coger al bebé (que me perdonen mis amigos argentinos). Esa apariencia de fragilidad me paraliza y tensa todos los músculos de mi cuerpo. Un día intentando dormir pensé que al dármelo se me caería y tensé mis músculos de tal manera que ni pude dormir ni pude realizar cualquier acto con mis manos, se quedaron como las de un clip de playmobil.



Y ello viene provocado por la imagen que vi en la serie de “Fortunata y Jacinta” la serie de TVE de Mario Camus. Creo que era el personaje de Ana Belén que estaba durmiendo con un bebé en una mecedora, se duerme, y se le cae haciéndose mil pedazos cual jarrón de porcelana. He intentado encontrar un video en youtube pero me ha resultado imposible. De todos modos la serie está entera por si tenéis mucho tiempo libre. Creo que era un sueño, pero a la tierna edad en que vi esas imágenes me causaron tal impacto que aún en esta época me sigue marcando. De hecho, cuando era pequeño no cogí a mi hermana (nos llevamos ocho años de diferencia) hasta que no estaba bien gorda y grande.



Pues este miedo se disipa, se va, se diluye cual azucarillo en café, cuando te dan a tu niño. 

Como la madre está recuperándose de la intervención, y hasta que no recupere la movilidad en las piernas tras la anestesia local, el “piel con piel” lo realiza el padre, en este caso yo. No me pilló por sorpresa porque como todo estaba organizado y previsto, y advertido por la matrona, sabía que me iba a tocar a mí, por lo que iba adecuadamente vestido con una camisa para poder abrírmela sin necesidad de quitarme la ropa y provocar el horror entre el personal sanitario. Eso sí, lo de tener el six pack no llegué a tiempo, mediando navidad además y sus comidas pantagruélicas.



En ese momento te ponen una lámpara que da mucho calor para los dos, y te ponen esa cosita que lleva tu componente genético. Su cara, sus manos, sus pequeños gestos. Sus primeros estornudos. La primera vez que su mano agarra con fuerza tu dedo, cualquiera de ellos. Saber,ser consciente que esa mano tiene tu carga genética, y agarra con fuerza tu dedo. Ni agujeros de gusano ni leches. Es un momento mágico, emocionante e indescriptible.



Y sabes que no se te va a caer. Ese miedo que lleva pegado a ti tanto tiempo se evapora conforme pasa sus primeros minutos contigo. Y cuando ya llevas las dos horas que precisa la madre para poder tener movilidad lo das por seguro.



Pero superar ese miedo no te exonera de tener más miedos. ¿Será uno capaz de vestir al niño? ¿De poner el pañal correctamente? ¿De, si no coge el pecho, dar el biberón?.



Una vez más el miedo a los desconocido, al dragón que se creían que se iban a encontrar al cruzar el océano cuando buscaban Las Indias.



Pero todo se supera. Poco a poco vas poniendo adquiriendo la práctica para realizar esas pequeñas tareas que no puede realizar la madre porque ¡le acaban de abrir por debajo del abdomen para sacar un bebé!!. Y el que desconfíe de lo que supone eso, ahora sí, buscar en Youtube cesáreas, os va a impactar más que ver solos “The ring” una noche desapacible.



Los primeros días en el hospital son duros, muy duros. Visitas, sillones incómodos, habitaciones llenas de visitas a todas horas (y cuando digo a todas horas es a todas horas) con el nivel de educación nivel “hooligan”. En fin, gente maleducada, bien educada, ciudadanos todos, los servicios públicos los pagamos todos (unos más que otros tengo que añadir) pero el derecho al disfrute conlleva unos deberes y obligaciones, y el más sagrado de ellos es el del descanso. Así que la gente que vaya a primera o a última hora decirles amablemente que se vayan a sus casas. Y si queréis batir un récord guiness de meter gente en una habitación, superar el récord en vuestras casas, no en el hospital, por favor.



En nuestro caso, pasamos tres días en el hospital evitando los intentos de ciertas enfermeras y auxiliares de querer colarnos el biberón a toda costa. Como somos pro-lactantes rehuíamos ese tipo de intentos pero porque estábamos previamente concienciados. Pero la insistencia de algunas personas era constante. Menos mal que hay personal pro-lactancia y que nos apoyaron.



Si habéis contado bien, teniendo en cuenta que nació el 29 de diciembre, y pasamos tres días, abandonamos el hospital el 1 de enero. Un año nuevo en toda regla. No voy a hacer mención a pasar la nochevieja en el hospital, pero solo podemos decir que menos mal que no vimos las campanadas en Canal Sur.

Una vez en casa, los primeros dias son de adaptación, más que las de un jugador inglés a la liga española.
 
Empezáis a distinguir sus lloros y lamentos. El grito de !!!!Nieeee!!! significa hambre. Pero hambre como cuando uno era adolescente y volvia a las 6 de la mañana y abría el frigorífico encontrando un resplandeciente y brillante filete de pollo empanado. Ese tipo de hambre que,tras ser saciada,te deja narcoleptico en la cama. Pues igual con los bebés.


Uno va asombrándose con las pequeñas cosas que hace una criatura de pocas semanas e intenta ponerle nombre.
Por ejemplo, al acto de comer de la teta y dormirse posteriormente sin más dilación lo denomino "comuerme".


Al acto de bostezar y tener hipo al mismo tiempo lo denomino "bostipo".


Igual que el hecho de bostezar y estar comiendo lo llamo "bostiendo".



Otra de las cosas que va uno aprendiendo son sus momentos de dormir. Por mucho que oigáis a los abuelos/as eso de "no le cojas, que se acostumbra a los brazos" os remito a lo que dice el pediatra Carlos González, un bebé de escasas semanas no sabe lo que son unos brazos pero si el confort y el calor que aportan los brazos de sus padres. De todos modos, creo que no pasa nada por dar cariño al bebé, más bien todo lo contrario.


Para hacer más fácil esa tarea hay unas estupendas mochilas portabebés. Son cómodas y te permiten mover los brazos, y el bebé se siente lo suficientemente recogido y cómodo como para dormise plácidamente. Pero en ocasiones hay pequeños inconvenientes...
Me puse al niño en la mochila, sobre todo para que su madre pudiera dormir y descansar. Pero una vez que se durmieron los dos, un proceso biológico natural me vino de repente. Ya sabéis lo que pasa con el café del desayuno. Cuando uno tiene que sacar la leña al patio con urgencia uno ve con mayor claridad pero en ese momento...no me pareció bien despertar a mi pareja dejándole al niño, ya que estaba descansando, por lo que...no tuve más remedio que ir al WC con él en la mochila. Ni se enteró, eso por las veces que yo tengo que ver su caca. Aunque pienso que es probable que me arrepienta y luego cuando tenga dos o tres años irá conmigo al baño privándome de toda intimidad.

Otro cambio brutal son las canciones que uno se inventa para dormirle. Las mías están adornadas de esos ecos que provienen de los estadios de fútbol. Por ejemplo "Este chiquitín,--- tiene que dormir". 
O "Pezón, pezón, pezón, hemos venido a por la teta,el biberón nos da igual"


Y el cambio más brutal es el ritmillo que uno adquiere meciendo el carrito para que se duerman. Uno llega a provocar mini temblores lo suficientemente buenos como para que abrace a Morfeo. El problema es que ese ritmo se te queda en otras tareas cotidianas. Me sorprendí a mi mismo meciendo el carrito del supermercado ...y encima los tomates no se dormían.


En fin, tras estas primeras semanas es verdad que la vida cambia. Pero, sin duda alguna, A MEJOR.

viernes, 27 de febrero de 2015

MANUAL DE UN PADRE NOVATO. EMBARAZO PARTE 2.



Semanas 30 a término.


Uno quiere que las cosas que transcurran lentamente y sin problemas. Pero, en ocasiones, surgen problemas no previstos. Uno de los que puede suceder en el embarazo es la placenta previa oclusiva. No es un grupo de la movida madrileña de los años 80. Tecnicismos apartes se trata de un órgano efímero que recubre el feto y que, cuando es oclusiva, impide la salida natural por el orificio adecuado. Ya puedes poner señales, luces de neón, etc que no va a servir de nada. Imposible.


Lo peor de este tipo de casos es que cualquier mínimo esfuerzo conlleva un riesgo de sangrado en la zona. Y eso es lo que nos sucedió en la semana 30. Las caras de ilusión y emoción se transforman en miedo, impotencia, acojone. Todo ello de proporciones gigantescas, hercúleas, inmensas...da igual el calificativo que se adjunte, se queda corto.


Pese a que en el peor de los casos el niño tuviera que ser sacado del vientre de su madre, podría conllevar muchos problemas para el desarrollo del feto, además de estar mucho tiempo en la incubadora y sin tener maduros sus órganos vitales, principalmente los pulmones.


Ya en el hospital los profesionales sanitarios (mil millones de gracias, por cierto) nos dijeron que los sangrados con ese tipo de placenta son frecuentes en el algún momento del embarazo.


Por suerte, solo tuvimos que pasar un fin de semana en el hospital con todos los gastos pagados y sin más complicaciones que estar "durmiendo" en un recinto hospitalario. Y hacer la previa para cuando nazca el niño.


Por desgracia, lo complicado venía a partir de la llegada a casa. Reposo (más que) relativo de la madre y acompañada siempre de una persona para que no estuviera sola y en el caso de un nuevo sangrado ir corriendo ipso facto al hospital.


Esas semanas son duras. Muy duras. Uno se tiene que multiplicar, por dos o tres, tener más brazos que Shiva y pedir favores, a familia, amigos...y restringir sus salidas, por lo que se hace un previo para cuando nazca el niño y no se pueda salir de casa por la noche (va a nacer en invierno).


Sin embargo esos momentos se hacen más livianos y llevaderos cuando, además de la inestimable ayuda de la familia y amigos que están a su alrededor, también, desde la distancia, uno recibe regalos, cariño y notas que te envuelven en un abrazo enternecedor.








Un gran regalo “basuras”.





La clave era aguantar hasta la semana 34, cuanto menos. Ese era el objetivo, la meta a la que llegar, parecían pocas semanas, pero un mes que se pasa extremadamente lento, que tras el susto previo, uno quiere que el tiempo pasé rápido pero seguro.


Pasadas esas semanas solo queda concretar la fecha de salida, la fecha de la evacuación, el momento de decir al niño "...ven hacía la luz". Y como no puede salir por el sitio natural se tiene que programar una cesárea.





Y ese momento se confirma en un “Libro de cesáreas”. Es  verdad que se pierde el romanticismo de salir a toda prisa con el coche, sacar un pañuelo blanco (qué imagen más ochentera) y aguantar los apretones de mano y desgarradores gritos de la mujer parturienta.





Pero por otro lado, al ser mi mujer y yo de dos lugares diferentes, separados geográficamente por cientos de kilómetros, puede organizarse una excursión de los abuelos paternos para que vean la cara a su primer nieto varón.





Por lo demás, el día señalado, ese mágico 29 de diciembre, se llevan a tu mujer a que le realicen una incisión y sacar al niño (por cierto otro pequeño consejo, no veáis la serie “The Knick” ni videos de cesáreas hasta que no salga el bebé. De nada) mientras tú te quedas fuera esperando noticias y calmando los nervios a base de fortalecer la mandíbula masticando tres millones de chicles y morderte las uñas, padrastros y toda piel que circunde los dedos.





Hasta que oyes las palabras mágicas…el marido de…y pasas a una sala, y una señora vestida de verde te dice muy seriamente que ahora eres el responsable de ese pequeño ser que llora y tiene ese color tan tiernamente blanquecino, y tú, abotargado por la falta de sueño y porque quieres estar junto a él, y emocionarte, y, por qué no, soltar alguna lagrimilla, dices que sí, que tú eres el tío más responsable del mundo, y menos mal que no está tu madre cerca para desdecirte, y que firmas lo que sea, con sangre si hace falta, pero ya.





Y aquí empieza otra aventura.



martes, 9 de diciembre de 2014

MANUAL DE UN PADRE NOVATO. EMBARAZO PARTE 1.


Manual de un padre novato.



Antes de nada. No hagas caso a lo que viene a continuación. Y, si lo haces, no lo dudes. Ni farmacéutico ni nada. Acude directo al psiquiatra.



1.    Dos rayas que lo cambian todo.

No, no me estoy refiriendo a la vida de Maradona ni a una pregunta test para el carné de conducir. Es algo mucho más importante.

Sinceramente, no me había planteado la posibilidad real de tener niños al mundo. Bueno, no yo exactamente, sino, tras una estrecha colaboración (ojo, spoiler, tiene que ser muy estrecha) que en el útero femenino de turno se empezara a concebir el embrión, feto, niño, la vida (escoge la opción que más se adecue a tu moral, por favor).

Como no me había planteado esa posibilidad, y no por ausencia de úteros, sino porque el envoltorio que recubría tales úteros no eran lo suficientemente atractivos (no estoy hablando de estética ahora) para empezar tamaña obra.
Ante todo que nadie piense que considero a la mujer un envoltorio.  Era algo metafórico que no creo necesario explicar, pero por si acaso, que talibanes hay en muchos sitios. 

Porque, pese a defender esa frase convertida en lugar común de “la familia no se elige pero los amigos sí”, ahora estoy relativamente en contra de esa frase. Porque la familia comienza cuando uno decide con qué persona va a fundar esa familia, primero si ella quiere claro porque, atención madres del mundo, los hombres no podemos tener hijos por nosotros mismos. Cuando uno se decide por esa persona, y esa persona se decide por ti, es cuando uno se plantea la familia que va a tener, sobre todo con quien la vas a tener. 
Seria una mezcla, eliges con quien tienes la familia y tus hijos, al igual que tú con tus padres, no han elegido nada.
No es lo mismo fundar una empresa con el Dioni que con Amancio Ortega. No es lo mismo que te la pase Xavi Hernández que el imbécil del barrio.

Lo que uno tiene que hacer es ponerse manos a la obra. Hay que intentarlo y, recuérdese, no al modo P. Tinto, por favor.

Porque todo puede surgir un día par cualquiera de un año impar al azar surge la siguiente secuencia: presentación-intercambio de facebook, previo paso del teléfono, chateo selectivo- quedamos – nos gustamos –nos besamos – nos enamoramos – hacemos el amor (sin ningún plan de aumento de la familia y con las debidas medidas anticonceptivas) – nos hacemos inseparables el uno para el otro.

Tras completar en tiempo apreciablemente record dicha secuencia te das cuenta que con esa persona te puedes plantear más cosas, y que no sólo estás cómodo con ella en los bares de copas, que también, sino en el apacible rincón del sofá que juraste defender con el cuchillo entre los dientes como la patria de tu convencida soltería.

Pasa el tiempo y los sentimientos se acrecientan, vuestros tactos se hacen más profundos y decidís de mutuo acuerdo, refrendados por besos y abrazos, que el paso más lógico es iros a vivir juntos, que un tiempo está bien intercambiar el lugar de vuestros encuentros sexuales pero que si nos vamos a ver todos los días, mejor en una casa cierta y no escoger cada día o dos días, donde vamos a comer-dormir-hacer el amor-cenar (no tiene porque ser en este orden).

Tras la mudanza y darme cuenta de mi síndrome de Diógenes, nos amoldamos a nuestra vida en común sin sobresaltos ni problemas, con la naturalidad y pasión con que llevamos nuestra vida juntos.

Un percance, una lesión simulando que practicas deporte te hace comprender que quién está a tu lado, te quiere, te comprende, te apoya e inutiliza tu visión negativa de las cosas  cuando estás prostrado durante semanas de la cama al sofá y del sofá a la cama. Una amiga medio bruja te advierte que si superáis algo así muy mal se tiene que dar la cosa para que no vaya a mejor.

Por fin cobra sentido esa frase de “…en las buenas y en las malas…”.

Entonces, poco a poco, sin darnos cuenta, como todo en nuestra vida, va tomando forma la idea. Tras advertir que los niñ@s que pululan a nuestro alrededor (sobrin@s, hij@s de amig@s, …) nos adoran, nunca al nivel Michael Jackson,  y que los desconocidos se quedan mirándonos insistentemente, deben tener un sentido que les haga decir “…sois los siguientes…” o eso o están pensando…qué cojones mirarán estos, otra vez con mocos en la cara porque no me paran de mirar esos dos, o algo por el estilo.

Así que, decidido el asunto, simuláis una hoguera en la que tiráis todos los anticonceptivos que utilizabais (si, simular, porque yo quería quemar todos los condones pero el sentido común de las mujeres, acompañado de una severa reprimenda, me hizo desistir) y os ponéis manos a la obra.



Uno piensa que no va a estar a la altura, que tus amigos los espermatozoides van a estar lentos y torpes tras muchos pelotazos simulando que jugabas al fútbol, rebasar los límites del alcohol, y no otro tipo de sustancias, quién en su sano juicio piensa que los españoles menores de 40 años han hecho eso, e incluso, debido a tu desconocimiento del mundo de la urología, pese a llevar muchos años tocándote los huevos, que tus testículos deben estar secos por dentro tras el frenesí del onanismo pajillero adolescente que alargaste en el tiempo más de lo debido (nunca olvidarás esa frase del filósofo Andrés Pajarés, los músculos, si no se ejercitan, se atrofian).

Sin embargo, tras pasar escasas semanas, estrechando la colaboración y no apuntando a las cortinas ni a la mesita de noche (consejo que cedo gratuitamente a los futuros padres), tu chica, campeona de la menstruación más regular durante los últimos años, sospecha que puede ser que esté embarazada.

¿Ya? ¿Así de fácil?..No, no puede ser. Si con todo lo que he dicho antes, y más cosas que pensé que no me atrevo a reproducir, por si esto lo leen mi madre y/o mi suegra, calculaba varios intentos sucediéndose en el corto – medio plazo, pero….

Pero, compras con la discreción habitual en la farmacia, como cuando comprabas preservativos por primera vez, gabardina, sombrero y gafas de sol, el test para averiguar si estáis embarazados. Bueno no, si está embarazada (deja de atribuirte el embarazo porque tú no vas a ser un huevo Kinder, por favor).

Y llega ese momento. Ya habías visto orinar antes a tu pareja, pero en este caso flexionas tus piernas y casi ves el chorrito salir, de tal modo que tu pareja te advierte que no es necesario tanta cercanía (la colaboración estrecha ya tuvo lugar días atrás). Así que siguiendo las instrucciones se introduce la orina en un vaso (que no vayas a utilizar posteriormente, a ser posible) introduces el test y……en milésimas de segundo, que digo, en micras de segundo resplandecen dos rayas que indican un positivo que ni un ciclista hasta arriba de EPO en el Tour de Francia.

Caras de estupefacción, alegría, sorpresa, jolgorio, incredulidad y de somos la fucking hostia, claro está. Más besos, más abrazos, más te quieros…más de todo.

Dos rayitas en un aparato con desconocida validez científica os acaban de comunicar que vuestra vida va a cambiar, bueno, que ya ha cambiado. Os prometéis y os conjuráis para que ese cambio sea a mejor, que no haya dudas de vuestro amor y que todas las trabas que se os presentes las saltaréis con cariño dedicado y amor.




Y todo, TODO, empieza a cambiar.

Restricciones de alcohol, sobre todo para ella, aunque si uno deja alguna cerveza que otra podrás ver tus pies y quitarte algo de barriga cervecera; si fumáis, ya sabéis, a pasar el mono y dejarlo por la buena salud de vuestro bebé y por la de todos los fumadores pasivos que agradecen desde hace varios años no salir de los bares con la pinta de un Marlboro; tened cuidado a la hora de comer, la regla de los tres segundos de la comida en el suelo modifícala, evita el atún, por el mercurio en el mar, bebidas gaseosas, quesos no pasteurizados y todos los productos crudos derivados del mejor amigo del hombre/mujer con un sentido del gusto desarrollado, el cerdo.

Nosotros, los padres, pues ya sabéis, podemos o solidarizarnos con ella y restringir la ingesta de esos productos, comerlos a escondidas o regodearnos ante ella comiendo mientras vacilamos con algún baile de mierda que ríete tú de los de Vicentín.

Por último, tanto si pasáis la toxoplasmosis como si no, abrir las puertas de vuestra casa para que los gatos las abandonen. No tiene sentido domesticar ni a una cabra ni a un gato, animales asociados al diablo, y menos sentido tiene un animal que no es noble ni fiel a su dueño y que el día más afortunado podrás decir que hoy sólo tienes un arañazo. Además los restaurantes chinos de vuestra ciudad lo agradecerán.



















2. Cambio de medición del tiempo.

De la semana 5 a la 12.

Pero esto es sólo el principio. A partir de hoy el tiempo, que uno mide en días, meses, años, lustros o mundiales, cambia. Más concretamente, a partir de la cita con la matrona, dónde formularan una pregunta que oiréis insistentemente a lo largo de estos meses (perdón, semanas).

¿Fecha de la última regla? (egla, egla, egla, así con mucho rever).

Es entonces cuando te das cuenta que todo cambia, que esa ese día, el día que tu pareja deja de sangrar con el consiguiente ahorro de tampax, compresas y fotos enviadas por whatsapp para averiguar si estás comprando los tampones correctos, es cuando comienza la GESTACIÓN.

La ignorancia supina que caracteriza a nosotros, los padres primerizos, nos hace pensar que el tiempo comienza con el test de gestación pero no, no es exactamente así. Es la fecha de la menstruación la que se utiliza para calcular las semanas de gestación del bebé, porque como no se sabe con exactitud científica cuando bajó el óvulo cual bola del reloj de la Puerta del Sol, se toma esa fecha, sí, la de la última regla, para contabilizar el embarazo.

 Y sí, olvídate de medidas de tiempo que no sea en semanas o trimestres, todo eso es superfluo ahora, desde la fecha de la última menstruación hasta el test ya lleva semanas embarazada.

En nuestro caso, tras contestar a la fecha de la última regla, nos dijeron que llevábamos cinco. ¿Cinco? ¿ya?. Este bebé nos hace viejos. Para tal cálculo la matrona saca un calendario, que me rió yo del zaragozano, con la predicción de la salida de cuentas.

En ese momento, a tu mujer le inundan con gran cantidad de folios sobre lo recomendable en cuanto a comida, ejercicio, pautas a seguir, citas, análisis, etc etc.

A partir de ese momento uno se convierte en una duda andante. ¿qué es lo que tenemos que hacer? ¿qué no? ¿cuándo podemos practicar sexo (sin condón, obviamente)? ¿quién lo va a comunicar a la familia? ¿cómo decoramos la habitación? ¿por qué no tiramos tabiques? Las 5 W del periodismo surgieron tras un embarazo, sin duda.

La solución a todas estas preguntas es que ahora no tienen que tener solución. Es demasiado pronto para muchas cosas, salvo, para comunicarlo a vuestras respectivas familias, en mi modesto entender, y siempre y cuando que el amor y respeto entre vosotros y con vuestras familias sea mutuo y no haya rencor ni deudas de grandes cantidades de dinero.

Hay parejas que esperan al paso de las 12 semanas, cual paso del Rubicón, otras lo dicen con el test en la mano, al grito de Eureka!!, algunos no lo comunican y van dejando pistas o simplemente dejan que se lo pregunten. Cada uno elige, eso sí, a los familiares y amigos más cercanos no esperéis hasta la semana 30,puede que se lo tomen mal.

El cómo comunicarlo lo dejo a vuestra elección, os recomiendo algunas que NO: llevarte unos tunos para cantar los clavelitos al balcón de tus padres/suegros; un altavoz para comunicarlo y que se entere todo el barrio (y de paso insultar al gobernante de turno, ya que estamos); desempolvar la pelota de fútbol y organizar un partido para que en la celebración del gol acunes al bebé o te pongas un chupete (lo más normal es que acabes con un hueso roto o un tirón, y tu mujer tendrá que cargar contigo también).

En el tema del sexo se pueden producir paradojas. Siempre se comenta que hay mujeres que durante el embarazo pues como que, cómo decirlo, como conejas, que no paran y están excitadas todo el día. Si conocéis el caso, a Iker Jiménez. Se puede producir que si la mujer continuamente vomita, tiene mareos, cansancio continuo, náuseas, no sean las circunstancias más propicias para tener sexo desenfrenado a todas horas. Y son excusas más válidas que el ya clásico “…me duele la cabeza…”.

Este es el momento en el que, en lugar de decir que la naturaleza es sabia, más bien crees que es una maldita cabrona y que se está carcajeando en tus narices, ahora que no tienes que utilizar preservativo se reduce tu cuota de sexo. ¿Qué esperabas? La naturaleza, es femenina, por si no habías reparado en ello.

Pero hay que tener cuidado, porque durante las primeras doce semanas es cuando hay probabilidades de perder el bebé, son las más delicadas. Nos recomendaron tener abstinencia durante ese período. Nos miramos y dijimos, ¿tres meses? ¿están locos estos romanos?.

Tras un sangrado y el consiguiente susto tras comprobar en las urgencias del hospital que todo seguía bien, decidimos hacer caso al consejo. Por otra parte, y si alguien no lo sabía, hay un mundo más allá del coito.


En todo caso, padres inexpertos, futuros papás del mundo, ya sabéis, si habíais dejado el onanismo a retomar viejas aficiones, a tocar la zambomba aún cuando no sea navidad, a dejar dormida la mano, a fortalecer el antebrazo no natural, a volver a vuestras parafilias pajilleras.

En este primer trimestre, hasta la 12-14 semanas, es el inicio de vuestra preocupación como padres por la criatura que esperáis. Así que pensar que juntos sois más fuertes y que hay que ser constante, tú mujer, y colaborador, tú hombre.

Y hay que colaborar, porque vuestra mujer va a sufrir un bombazo hormonal que hace que uno extrañe la menstruación mensual y a la chica de rojo, tenemos que estar preparados para continuos y repentinos cambios de humor (el corrector ha puesto “humos”, qué curioso verdad), para que vuestra mujer lloré con cualquier anuncio de pañales o que pase de la risa al llanto en menos tiempo de lo que se da una vuelta al circuito de Montmeló.

Si queréis dejar seco vuestro lagrimal y emocionaros, atentos.



Pensar que entre sus cambios de humor unido a la falta de sexo, la combinación es explosiva, así que hay que manejar la situación con cuidado y diplomacia (no hace falta convocar al Consejo de Seguridad de la ONU).

Como experiencia que os puede unir y como recordatorio para el futuro decidimos hacer una foto semanal para comprobar la evolución del embarazo. Durante estas semanas puede que algunas mujeres no noten un aumento de volumen, bien porque ya lo tienen o bien porque es muy pronto. Pero no os preocupéis, aumenta y aumentará, por eso podéis comprobar dicha evolución.

Para los padres cocineros, no intentéis cebar a vuestra mujer. Es mentira que tenga que comer por dos, como mucho en la semana 10 no llega a los 500 gramos, en la semana 12!!! así que no creo que ni siquiera el bicho de alien con 500 gramos tenga que comerse dos platos de lentejas, tres entrecots, una dorada de 3 kilos o una mariscada para cuatro para ella sola.

Dieta sana y saludable, normal y corriente. No hay nada más que eso.



Semana 12 a 20.

Conforme pasan las semanas uno se da cuenta que todo es sentido común.
En la semana 12 tendréis la eco en la que podreis visualizar vuestra criatura. Yo sinsinceramente no vi nada.
-Se parece a ti.
-No, se parece a ti.(Es el nuevo cuelga t, tú, no tú). 
Pues que quereis que os diga. Ni a uno ni a otro. A un aliencillo o a algo que se le ocurriera a Guillermo Del Toro.
El nombre de la criatura. Tened en cuenta que si queréis saber el sexo hay que esperar a la semana 16 como muy pronto. Y si es en agosto y es la semana 16 os recomiendo que esperéis a la semana 20 o que seáis muy amigos del ginecólogo de turno porque os puede pasar como a nosotros, que os digan un sexo y luego sea de otro.

Y si esto os pasa no os volváis locos comprando todo de rosa o todo de azul, no pintéis la habitación de rosa chicle (aprovecho para reivindicar que los chicles de clorofila eran verdes y no rosas).

Una vez que tengáis claro el sexo hay que decidirse por el nombre.

Podéis optar por ser unos sosos y poner al niño el nombre de moda. En el momento de escribir esto y según el INE en los dos últimos años se llevan la palma los Daniel, Adrián, Pablo, Martín viene pisando fuerte (nombre adecuado para los padres sin personalidad y que quieran copiar el nombre del niño de una celebridad deportiva y una periodista de deportes), y en cuanto a niñas Lucía, Adriana, Sofía, aunque todo varía en función de la región de dónde procedáis.

De todos modos si queréis que en clase digan uno de estos nombres y se giren la mitad de la clase, adelante. Es una opción, tan estúpida o válida como otra cualquiera.

Por otra parte si os pasáis de clásicos y preferís nombres como Aquilino, Eustaquio, Segismundo, Hermógenes etc porque vuestro primo, abuelo, bisabuelo, etc se llamaba así, muy bien, pero por un momento pensar en un bebé con una cara linda y con ese nombre. ¿A que pega, verdad?.

En fin, ni ser repetitivos, ni clásicos ni, por supuestos, canis o polígoneros.

Estos últimos se lo tienen que hacer mirar. A ver, Izan no se escribe así sino “Ethan”, Yumalay no existe, LeoMessi, Cristiano Ronaldo, y la joya de las joyas de los nombre canis: Iloveny (I love NY). Éste último es un caso real, de una persona que vio una camiseta con el anagrama clásico de la ciudad que nunca duerme, le gustó y se lo pusó a su hijo o hija.

SI queréis ver nombres de este tipo meteros en la página web del INE y flipar un poco. Todo lo que se os ocurra está registrado.

Y si optáis por recurrir a la actualidad os recomiendo tres nombres:

  • Pablo Iglesias de Jesús, así, sin más. Su delgadez, pelazo y el hecho de que los mercaderes del templo capitalista neoliberal le den más palos que una estera al borde del martirio lo hace muy recomendable.
  • Pequeño Nicolás. Si tu futuro hijo es un negado, un cero a la izquierda pero con mucha labia, capaz de venderte un boli en la fábrica BIC, este es tu nombre.
  • DiegoPAbloCholoSimeone. Todo junto, sin comas. ¿Hace falta decir por qué?

A partir de la semana 18 se pueden notar Patadas en la tripa. Una sensensación emocionante, salvo que seas un delantero defendido por Pepe.

Lo normal será que cuando las sienta la madre os avise rápidamente para que pongáis la mano y comprobareis la más absoluta indiferencia por su parte. Seguramente os muestre un dedo en forma de irreverencia, popularmente llamada peineta.

Y en la 20 semana tendréis otra ecografía en la que podréis distinguir una figura humana con sus atributos sexuales que serán convenientemente señalados por el ginecólogo de turno, por si teníais dudas respecto al sexo del bebé.

Es en este momento en el que maldeciréis haber comprado millones de cosas rosas o azules, haber estado un fin de semana pintando la habitación de color rosa palo o azul celeste, provocando que hagáis una peineta de lo más pintoresca.

Semana 21 a 30.
En estas semanas se tiene que producir la baja de la madre. Por favor. Salvo que sea autónoma o con labores administrativas

Creo que por mucho abuso que haya habido de parte de algunas mujeres el descanso maternal tiene que ser entre estas semanas. Ya es bastante pobre que sólo pueda tener 16 semanas de descanso por maternidad la madre como para esperar hasta la fecha del parto para estar de baja.

El descanso de 16 semanas tendría que cogérselo el padre, para empezar, y que el contrato de quién sustituya al padre también sea a coste cero. Y que cualquier intento de presión, amenaza, por parte de la empresa sea duramente sancionado, legalmente y socialmente. Si los ciudadanos nos enteramos que una determinada de coches se dedica a hacer eso a sus empleados, que le compren sus coches en Uzbekistán.

Por parte del Estado se tiene que garantizar la no existencia de despidos durante la gestación (salvo causas de fuerza mayor, concursos de acreedores, etc), y procurar que los contratos de las personas que sustituyan a las mujeres embarazadas sean a coste cero, incluyendo a personas que sustituyan a las autónomas, si ellas quieren.

Que luego los tonto-tertulianos-queselocreensabertodo no se echen las manos a la cabeza porque no se incremente la natalidad. La gente tiene que tener niños pero en condiciones adecuadas y con un mínimo de bienestar, procurado por el Estado encarnado en sus distintas administraciones. Y este sería un paso de muchos otros.

Guarderías públicas por centros de trabajo o agrupaciones de centros de trabajo, por ejemplo en un centro comercial o en un polígono industrial

Y por otra parte, todo esto depende mucho de la implicación de los padres. Hay que aprender a cocinar, planchar, limpiar, etc etc, porque si todo lo dejamos a nuestras mujeres ellas se van a saturar. No hace falta que lo hagamos perfectos ni nos llevemos un campeonato del mundo, pero echar una mano, que no hace falta tener diez masters ni ser licenciado por Harvard o Cambridge para realizar tareas domésticas. Y tampoco son degradantes.


Si queremos igualdad y conciliar tenemos que empezar por nosotros mismos. No pidamos al Estado o a las administraciones lo que nosotros no hacemos en casa.


Si no sabemos ayudar, no molestemos. Si no sabemos cocinar, aprendemos. Si no sabemos planchar, aprendemos. Si no sabemos limpiar, aprendemos. Y si no tenemos tiempo pues a recurrir a ayuda externa.






Durante estas semanas los padres tenemos que formarnos. Más, si es que no lo habremos hecho antes.

Imprescindibles:
  • La obra de Carlos González, completa.
  • La película "Un feliz acontecimiento" (2011 Remí Bezancon - Francia), adjunto tráiler para que nos acojonemos juntos. https://www.youtube.com/watch?v=7L0yhwITGkA
  • Y el libro "Los padres perfectos no existen" de Isabel Filliozat (Ed. Urano 2009).
Durante estas semanas empezaran los primeros agobios. El útero se hincha como un zeppelin y no deja espacio para el resto de órganos de la madre. Las incomodidades al dormir, sentarse, tumbarse son más que manifiestas así que procuremos retirarnos unos metros y no molestar mucho.

Por otro lado, cuanto mas visible es la tripa aumenta exponencialmente el número de consejos y advertencias estúpidos, del siguiente estilo:
  • Aprovechar ahora para dormir, para hacer el amor, para salir, para beber (las embarazadas no deben beber, pero bueno dentro de la estupidez del comentario creo que irá dirigida al padre).
  • "Yo no puedo hacer deporte por culpa de esto (señalando al niñ@) y mira ahora como estoy (agarrándose una tripa de dimensiones colosales)". Mira, majete, si comes como si no hubiera mañana y no te sabes organizar para salir a correr media hora (el día tiene 24 horas, te recuerdo) y así justificar que vas a participar en un torneo de sumo, adelante. Pero no te cree nadie.
Ante la proliferación del cuñadísmo (es decir, tener explicaciones de lo más absurdas y patéticas ante hechos, simples o complejos, que escapan al entendimiento medio de quienes la pronuncian) podéis, o hacer caso  a sus consejos, convertiros en uno de ellos y suicidaros socialmente, o, es mi opción, no hacer ni puto caso, poner cara de sí, si, sí, pero en mi cabeza suena el mono con platillos de Homer Simpson, y continuar con vuestra vida sin más.

Espero que todos estos consejos no sean del estilo del cuñadísmo.

Por otra parte, si uno deja de dormir, de hacer el amor, de salir, aunque sea a distintas horas, prefiero un apocalipsis zombi, al menos en el comic y en la serie "The Walking dead", duermen, follan y beben en algunos momentos.


Es evidente que si tu nivel de vida era intentar salir más noches que el camión de la basura o si tu modelo a imitar era Pocholo, por supuesto que lo vas a notar. Pero si habéis decidido tener un niñ@ hay que apechugar un poco y no intentar salir hasta las siete de la mañana con el bebé o ir al cine todos los findes con la criatura, habrá que volverse más selectos y escoger aquéllos días en los que uno quiera salir por la noche o ir al cine y suplicar-rogar a alguna de las abuelas, hermanos/as o amigos/as de confianza.

En el caso de no estar las abuelas o que estén lejos y no se cuenten con familiares o estos no sean del agrado o la confianza, cada vez hay más guarderías de 24 horas, 7 días a la semana. Y si no, pues os tomáis un buen vino cuando se duerma el niño o podéis descargaros las películas (aquí son importantes los cuñados).


Por supuesto, que las cosas no van a ser como antes, pero tampoco es el fin de vuestras vidas, sino el comienzo de una nueva.

Es un método de selección natural, las especies que más duran son las que mejor se adaptan al medio donde les ha tocado vivir , y en lugar de maldecir vuestra existencia, adaptaros a ella.